Al pie de página: FOTOLOG
Fotolog.com
Hablar de fotologs es como hablar de amigos. No importa cual sea la referencia y el usual depende de donde se mire, puesto que todos conocemos uno, hemos visitado otros, comentamos acerca de ellos y si lo quisiésemos realmente, podríamos obtener alguno para nosotros. En concordancia, los sinónimos de este mundo están lejos de enfocarse solo a la fotografía, ya que el léxico se abre con dimensiones que pocos podemos imaginar los límites: Hablar de fotologs es hablar de amigos, de sobre exposición, de imágenes de primer nivel, de fotos que dejan que desear, de retoque digital, de comunidades, de comentarios agradables, de opiniones agresivas, de insultos, de adolescencia, capricho o hasta un trabajo meticuloso.
Como bien nos informa wikipedia, la palabra fotolog originalmente se refería a una variante de weblog, que consiste básicamente en una galería de imágenes fotográficas publicadas regularmente por uno o más amantes de la fotografía., acompañada por un texto complementario que puede o no estar relacionado con la imagen, como también la importancia de éste que puede ser relativa. Es de relevancia básica, conocer que las comunidades de fotologs nacieron debido a la concepción de un sitio web que ofreció a usuarios poder acceder a una cuenta gratuita como el completo uso de ella, es decir Fololog.com, página estadounidense que permitió la creación masiva de este tipo de publicaciones gracias a un sistema novedoso de software, conocido por la mayoría como Movable Type. Este sitio web fue concebido en Mayo del año 2002 y en febrero del año pasado superó el millón de usuarios, llegando a cambiar su dominio a uno “.com”.
Si bien, el fotolog, o mejor dicho, la nueva tendencia a publicar imágenes con ventanas abiertas para comentarios, trata una de las tantas facetas que tiene la fotografía, ¿Cuál es la importancia de dominios como estos frente al fotoperiodismo?. Lamentablemente, la respuesta no es en absoluto simple. Tomando en cuenta la relevancia de la información en sí misma cuando hablamos del periodismo neto, más la imagen cuando la analizamos explícitamente como un instrumento informativo innato, la tendencia de fotologs nacería como la perfecta masificación de lo anterior en conjunto, en otras palabras, la oportunidad ideal para cualquier usuario que lo desee de hacer periodismo de su realidad, de lo que acontece en ella, o lo que es más: su propia vida. Y es exactamente aquí cuando nace el gran pero de estas popularizaciones.
A modo de ejemplo, PhotoBlog.net [antes PhotoBlog.be], fue creado como un sitio de imágenes con la misma tendencia de los fotologs, pero con una diferencia esencial: El sitio estaría orientado a un mundo fotográfico más serio y en el cual el usuario experimentara la evolución de su propia fotografía a lo largo del tiempo, esto obviamente acarrearía un costo, y de hecho, luego de la tal masificación que experimentó el sitio [hasta 80.000] se decidió que la cuenta gratuita del sitio solo tendría una duración de tres meses sin excentricidad de pago. Desde ese día, los visitantes han disminuido, acaudalando nuevamente a páginas tales como fotolog.com y su copia chilena fotolog.cl, jotelog.cl o el mismísimo terra.
Este caso va exclusivamente ligado con el tema del manejo que cada cual le de a la fotografía, pues pese a existir ejemplares de este tipo de publicaciones con una carga cultural importante, sí hay también sitios que hacen un abuso de la libertad. En el cual se muestran desde besos jocosos entre pololos, pasando por torsos desnudos, posiciones comprometedoras hasta comentarios agresivos y peleas que nacen de ellos [algunas dignas de participar con la Doctora Ana María Polo del show Caso Cerrado]. Mi postura se basa exclusivamente en que forma conducimos la imagen que decidimos mostrar, pues está bien fotografiar, por ejemplo, a un hombre ebrio en la calle, si tomamos en cuenta la gran connotación que esta fotografía puede llevar; o también subir fotos de nuestros amigos sabiendo como tratar la imagen ante un publico, en fin. Cierta vez una amiga me comentó que antes de publicar cualquier cosa, se debe reflexionar cuales serían las consecuencias de hacerlo, analizar lo que se desea compartir, pensarlo dos veces y después [según yo lo más importante] no arrepentirse de lo hecho pues eso quita credibilidad.
Así es, lectores, como bien se diría por allí: Adventurarse, pero con un cuidado... fotográfico.
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