Todos digan… ¡Whisky!
Parte IV
“La fotografía capta el momento preciso, lo demás es historia. El relato periodístico sólo complementará aquellas imágenes que quedarán en la retina del lector”.
Hemos recorrido una amplia gama histórica de la fotografía y el fotoperiodismo. Y si no mal recuerdo en el último momento nos quedamos en el término de la Segunda Guerra mundial (1945 aproximadamente). Hagamos un recuento. Hemos hablado de grandes sucesos y la presencia de los flashes alrededor de ellos. Cada hecho histórico, puede ser recordado con una fotografía, especialmente en lo relacionado con las guerras. Por ejemplo, la Guerra Civil española está representada por la imagen del republicano muerto, la Segunda Guerra Mundial por las del desembarco de Normandía, la de Vietnam por la instantánea de los niños corriendo desnudos cubiertos de Napalm.
Fue gracias al surgimiento de nuevos medios de comunicación (como el cine y la radio) y de la propaganda (durante el gobierno de Hitler todos los medios de masas estuvieron marcados por la propaganda: utilizaron técnicas, fórmulas y trucos de persuasión; la terminología propagandística lo impregnaba todo, incluso las secciones de entretenimiento) en la Segunda Guerra Mundial, que surgió el fotoperiodismo: los perioditos incluyeron en sus páginas imágenes que ya no significaban un mero adorno.
Fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando los fotógrafos, que hasta ese momento habían actuado de forma individual o contratados por los medios de prensa, empiezan a organizarse en agencias de imágenes como la agencia Magnum fundada por Robert Capa (revisen su biografía, también publicada en nuestro sitio) y un grupo de amigos fotógrafos (Henri Cartier-Bresson, Geroge Rodger, David Seymour, Maria Eisner y William y Rita Vandivert). En ese momento las cosas cambiaron. Si hasta entonces, este tipo de imágenes estaban siempre relacionadas con la propaganda política, ahora se imponían criterios comerciales.
También fue tras este hecho que, los Estados vieron la necesidad de intervenir en los asuntos informativos. Se estableció que los medios debían cumplir un rol social con la población y se dieron paso a leyes reguladoras (por el gran impacto de los medios en la población).
Aunque la “época dorada” del fotoperiodismo sea considera la del ’50, fue en los ’70 que los medios de comunicación comienza un auge de los medios audiovisuales, la televisión empieza a tomar importancia, por lo que la prensa emprende la utilización y dotación de una mayor importancia a lo icónico: los medios, incluso los de élite incorporan cada vez más la imagen y el color; aparecen nuevos géneros visuales, como la infografía (RAE - Técnica de elaboración de imágenes mediante ordenador).
En 1972 la revista Life cierra, seis años después reaparece como revista mensual y durante la guerra del Golfo Pérsico (1991) retoma brevemente la periodicidad semanal. En el 2000 interrumpió de nuevo su contacto con los lectores, aunque desde entonces han aparecido algunos números especiales y series de libros bajo la marca “Life”.
Actualmente, la labor fotoperiodística ha sido invadida poco a poco por la tecnología. Como su antecesora la cámara Leica, las cámaras digitales han superado a las tradicionales, logrando de esta forma que la captación del “instante preciso” se versatilice: inmediatez de las imágenes y mayor calidad.
“…al parecer la fotografía digital está aventajando a la tradicional en los áreas de fotografías familiares, fotografías de aficionados, en el campo del diseño gráfico y arte digital y, aunque en menor cantidad, poco a poco se va abriendo paso en el campo del fotoperiodismo, debido a la rapidez con la cual se pueden transmitir las imágenes, algo que no puede igualar la fotografía tradicional”. (Tinta Digital, Eugenio Martínez Rodríguez).
También es importante mencionar que muchos temas relacionados al fotoperiodismo han sido criticamos, como lo es la perdida de la intención informativa, es decir, mayor preocupación por aspectos estéticos y la delgada estela que queda entre la fotografía con fines artísticos y la fotografía periodística, el abuso de las “víctimas” en esta labor, la manipulación de las imágenes o el cuestionamiento de la veracidad de éstas.
Solo nos queda soñar con lo que esperará a los ojos de las cámaras fotoperiodísticas…