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lunes, abril 10, 2006
Todos digan...¡Whisky!
 El primer paso para fijar la imagen reproducida en la caja oscura sin tener que llegar a copiarla a mano, ocurre en 1727, realizando una demostración de la investigación experimental sobre la sensibilidad a la luz del nitrato de plata, por el alemán J. H. Schulze. Pero a quien se le atribuye el mérito de la obtención de la primera imagen duradera, pertenece al francés Joseph Niépce (1765- 1833), quien logró en 1827 fotografiar la vista del patio de su casa, plasmando así la primera fotografía permanente de la historia. Las primeras imágenes positivas directas las logró utilizando placas de peltre cubriéndolas con betún de judea y fijadas con aceite de lavanda, no obstante, Niepcé no consiguió un método para invertir las imágenes, y tropezó con los problemas de las larguísimas exposiciones.  A finales de 1829, Niépce forma una sociedad con Daguerre, muerto Niépce en 1833, el invento pasa a manos de Daguerre, quien publica en 1835 sus primeros resultados de su experimento, proceso que llamó Daguerrotipo, consistente en láminas de cobre plateadas y tratadas con vapores de yodo. Redujo los tiempos de exposición a 15 o 30 minutos, consiguiendo una imagen apenas visible, que posteriormente revelaba en vapores calientes de mercurio y fijaba lavando con agua caliente con sal. Daguerre se convierte así en una eminencia reconocida y premiada, e inmediatamente comienza a fabricar una serie de material fotográfico, haciendo demostraciones en público, aportando así el lado mercantilista, a pesar de que se trataba de un objeto costoso y de difícil manipulación y que tan sólo producía una prueba única , pese a sus defectos se propago por todo el mundo, abriendo definitivamente el camino a la fotografía. El Daguerrotipo tuvo muy buena acogida y comenzaron a venderse cámaras que no llevaban la firma de Daguerre, estos vendedores y los aficionados que la compraban, fueron los responsables de la evolución de las cámaras, aligerándolas de peso, construyéndolas con materiales baratos y lentes simples; y también reduciendo poco a poco el tiempo de exposición, así empezaron a crearse estudios fotográficos, en donde se realizaban retratos, los cuales poseyeron gran popularidad en la época, y surgió la primera revista fotográfica del mundo en 1850 en Nueva York: The Daguerreian Journal. Pero los retratos no lo eran todo, se comenzaron a fotografiar paisajes, los cuales fueron denominados muertos, ya que al ser las fotos de larga exposición, no era posible captar ningún movimiento, si en el daguerrotipo se encontraba un elemento animado, resultaba desdibujado o no más nítido que una mancha. En 1842 el fotógrafo Carl F. Stelzner saca con daguerrotipo la que será la primera fotografía de un suceso, un barrio de su ciudad, Hamburgo, desolado por un incendio.  En 1851, Frederick Archer, publicó el método del coloidón perfectamente experimentado en la revista The Chemist, Archer puso unas planchas de cristal húmedas al utilizar colodión en lugar de albúmina como material de recubrimiento, estos negativos debían ser expuestos y revelados mientras estaban húmedos. Este gran descubrimiento representaba un paso importante en el desarrollo de la fotografía, al acercarse a la imagen instantánea con una exposición 15 veces inferior a la del daguerrotipo, pero lo más relevante, fue su aplicación sobre diversos soportes además del vidrio, como el cuero, el papel, el fierro, cerámica, etc… Pero la cámara presentaba dificultades para la manipulación en los exteriores debido a su forma de revelado, finalmente en 1878, Charles E. Bennett, inventó una plancha seca recubierta con una emulsión de gelatina y de bromuro de plata, similar a las modernas, lo que hace el gelatino de bromuro es secar la placa. Más tarde, el afán de buscar un soporte más práctico que el cristal, nos hace remontarnos a 1886, donde aparece la celulosa como superficie fotográfica. Las cámaras y las películas también evolucionaron, en 1884 el americano George Eastman, fabricó la primera película en carrete de 24 exposiciones. En 1888 lanzó al mercado otro aparato revolucionario de pequeñas dimensiones ( 18 cm. de largo), que estaba provisto de un cargador de 100 exposiciones. Después de realizar el último disparo, se enviaba a la casa, que revelaba las 100 fotos y recargaba de nuevo la máquina con otro carrete. Costaba 25 dólares y se publicó con el eslogan: “Usted apriete el botón, nosotros haremos el resto”, este nuevo invento recibió un nombre que luego se haría famoso en la fotografía: Kodak. El color también tuvo su espacio, ya Ducos (1837-1920) obtenía sucesivamente tres negativos del mismo tema mediante un filtro colocado entre el objetivo y la placa, un selector apropiado interpretaba uno de los colores primarios para cada negativo y el positivo transparente se conseguía con la utilización del colorante correspondiente al color que representaba cada negativo. En 1907 se pusieron a disposición del público los primeros materiales comerciales de película a color, que consistían en unas placas de cristal llamadas Autochromes Lumiéres, en donde las fotografías se realizaban en cámaras de tres exposiciones. Después el sistema de reticulados simplificó mucho el proceso, ya que obtenía la selección de los colores primarios en una sola superficie. En 1911 el alemán Rudolf Fischer, precursor del actual Agfacolor, logró el revelado cromogeneo, el cual consiste en la superposición de tres emulsiones y tres filtros en el cuerpo de la materia sensible; actualmente los procedimientos participan del mismo principio: las tres capas de emulsión se hallan superpuestas sobre la misma película, las capas se revelan sucesivamente con reveladores copulares que convierten el bromuro de plata en colores determinados, luego, por reversión de estos colores, se logra la restitución final de la imagen positiva en una diapositiva única y las emulsiones negativas se complementan con papeles especiales para positivas en color, con tres capas sucesivas. La cámara evolucionó, y en 1923 aparece en el mercado una máquina más ligera y versátil: la Leica, esta cámara de 35mm fue creada por el alemán Oscar Barnack, y sólo necesitaba una película pequeña,, debido a su tamaño y su bajo coste, se hizo famosa entre los fotógrafos. En 1930 vendría otro cambio en las cámaras, en vez de utilizar polvos finos de magnesio como fuente de luz artificial, se comenzó a utilizar la lámpara de flash sustituyendo la molesta nube de humo cáustico. En 1947 salió al mercado la cámara Polaroid Land, la cual revelaba la película al interior del aparato. El desarrollo de la imagen sobre papel empezó en 1937 con pequeñas ideas por Bayard y Talbot. Talbot descubrió que el papel cubierto con yoduro de plata, era más sensible a la luz, si antes de su exposición se sumergía en una disolución de nitrato de plata y ácido gálico, disolución que podía ser utilizada para el revelado de papel después de la exposición. Una vez finalizado el proceso de revelado, la imagen negativa se sumergía en tiosulfato sódico o hiposulfito sódico para fijarla y hacerla permanente. A este método Talbot lo denominó calotipo, el cual requería unas exposiciones de 30 segundos para conseguir la imagen en el negativo. En 1840, con una segunda operación, Talbot conseguía una imagen positiva, este método hacia posible la obtención de cuantos positivos se quisiera de un solo negativo.  Finalmente llegamos a la actualidad, donde en 1994, la agencia de noticias Associated Press y la empresa Kodak se unieron en la presentación de la primera cámara digital: la “New cámara NC2000”. En las cámaras digitales la tendencia ha consistido en reutilizar los componentes clásicos de una cámara con formato de 35mm, de forma en que simplemente se a sustituido el chasis destinado a contener la película fotográfica, por un chasis computarizado que debe conectarse a un computador, permitiendo que las imágenes se almacenen directamente en un formato digital. Las fotografías digitales se componen de centenares de miles o millones de cuadrados minúsculos llamados píxeles, estas cuadrículas al descomponerse estará representada tanto por su intensidad lumínica como su color y se obtendrá mayor calidad cuanto más píxeles se puedan distinguir, obteniéndose una mayor resolución. El CCD es el chip encargado de capturar la imagen dentro de una cámara digital, se trata de un chip compuesto por células fotosensibles individuales, que generan una pequeña señal eléctrica cuando sobre ellas incide un haz del luz luminoso. Las ventajas de las cámaras digitales son innumerables, su imagen se mantendrá inalterable a lo largo del tiempo, la reproducción de una imagen almacenada en soporte digital puede ser repetida cuantas veces se desee con la misma calidad que la original. En el plano periodístico, sus ventajas la representan el tiempo de captura, observación, edición y despacho. La mejoría en la calidad también es un factor que aporta en el fotoperiodismo, especialmente cuando los programas de tratamientos de imágenes permiten correcciones tales como enfoque-desenfoque, aplicación de filtros, modificación de la gama de colores, contrastes, brillos e iluminación. 
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