miércoles, abril 05, 2006
Una historia con Robert Capa. (1913 – 1954)
Conocí a Robert Capa cuando apenas era un niño de 15 años, en aquel tiempo su nombre era Endre Friedman y trabajaba en la Agencia fotográfica Dephant, donde yo era el chiquillo que barría y hacía los mandados, él también era recadero, pero poseía un cargo más elevado que yo por su edad, era ayudante de cuarto oscuro, aquel recinto de pasos silenciosos y misterios ocultos. A Bandi, como se le llamaba en aquel tiempo, le gustaba el tema de la fotografía, era un muchacho inquieto para sus 18 años y por esta razón el Sr. Guttman le ofreció su primera oportunidad: realizar un reportaje en Copentiage sobre el exiliado ruso, Lean Trotsky ofreciendo un discurso a estudiantes daneses, yo era un muchacho ignorante, ni siquiera sabía quién era Trotsky, es por esto que me sorprendió que Capa me dijera: "Esta es mi oportunidad, al fin podré ver el mundo y mostrárselo a la humanidad". Y así fue, aquella oportunidad hizo que el Sr. Guttman reconociera su talento, pero para 1934 las cosas en Alemania comenzaron a ponerse feas, Hitler asumió como canciller Alemán y Capa tuvo que huir por su ascendencia judía rumbo a París, más tarde supe que en aquel tiempo conoció a Gerda Taro, una bellísima mujer que se convertiría en su amante y que le ayudó a inventar una nueva personalidad: la de un fotógrafo norteamericano que respondía al breve y sonoro nombre de Robert Capa, Gerda se volvió su agente y lo promocionó entre los diarios y revistas francesas que comenzaron a cómprales sus imágenes, y le inventarían su propia historia para después convertirlo en una leyenda. En 1936 me volvería a encontrar con Capa, mientras cubría la guerra civil española, yo me había vuelto fotógrafo, pero jamás llegué a estar a la altura de Capa, él era muy intrépido, si estaban disparando o en pleno bombardeo, él se encontraba en el sitio del ataque y no a kilómetros de él. En aquella época sus fotografías aparecieron simultáneamente en las revistas ilustradas, tales como la francesa " Vu", la londinense "Weekly Ilustrated" y la norteamericana "Life", fenómeno que pocos fotógrafos habían logrado, incluyéndome a mí, y fue en esta época donde su fotografía "Miliciano herido a muerte", tomada en cerro Muriano, en el frente de Córdoba, el 5 de Septiembre de 1936, dio la vuelta al mundo y se volvió su fotografía más representativa, pero en el mismo período sucedió algo que terminaría con la mitad de su vida y lo destruiría por completo, Gerda Taro muere durante la retirada del ejército republicano en la batalla de Brunete, en julio de 1937, al ser su coche arrollado por un tanque Pero la fotografía fue su refugio, como más tarde me lo confesaría, estuvo en la Segunda Guerra Mundial, cubriendo el famoso día D, él era un soldado más en las trincheras, solo que suplantaba el arma por su cámara, el arma de la denuncia, mas tarde plasmó la liberación de París y por motivo de su trabajo durante este conflicto, fue galardonado por el general Eisenhower con la Medalla de la libertad. Mientras yo estaba en el medio oriente como corresponsal de la National Geographic en 1947, Capa creó junto a Henri Cartier-Bresson, Rodger, Vandiver y David Seymour, la agencia Magnum photos, donde realizó un gran trabajo fotográfico, no solo en escenarios de guerra sino también en el mundo artístico, fotografiando a sus grandes amistades, tales como Picasso, Hemingway y Jhon Steinbeck. Lamentablemente el genio se apagó, la noticia me llegó de sorpresa cuando me encontraba en Londres, por medio de un amigo del rubro, Robert Capa había muerto en la madrugada del 25 de mayo, en una expedición del ejército francés en la primera guerra de indochina, cuando pisó inadvertidamente una mina, siendo el primer corresponsal americano muerto en esa guerra y terminando así una gran vida profesional, donde sus fotografías perdurarán para siempre y el recuerdo de su persona se mantendrá en aquellos que lo conocimos. 12 de julio de 1954.
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