lunes, mayo 01, 2006
Todos digan... ¡Whisky!Parte V [¿Final?] Luego de repasar los sucesivos e interesantes posts de La Historia del Fotoperiodismo de este blog, podremos darmos cuenta del gran matiz que suele tejer la imagen día a día. Ahora, luego de viajar desde la sencilla invención de la cámara, la segunda guerra mundial o la creación de la revista Life, es momento de detenerse a una interrogante inherente a sucesos importantes de la sociedad humana, es decir, ¿Qué ocurrirá con el fotoperiodismo a futuro?, ¿Primer plano, expectante, o simplemente un rol neutral?. Como todas las proyecciones a futuro, la respuesta a esta reflexión se encuentra en interpretaciones. Varias personas han intentado desentrañar los misterios y el real camino que encuentra la pictórica, por lo tanto, hemos decidido que como último post sobre la Historia del Fotoperiodismo, daremos un listado de conclusiones, pero sobretodo de una gran síntesis de lo que puede ocurrir a futuro con esta tendencia periodística. 1.- El fotoperiodismo se rehúsa a dar su último aliento. La fotografía continúa dando cabida en nuestra sociedad, pese a los pasos agigantados de tecnologías audiovisuales, como la televisión o el documental. Y testigos de esto lo son las sucesivas invitaciones a cursos tanto de retoque como de fotografía digital en los diarios, los concursos interescolares que se realizan cada año en nuestra ciudad de Valparaíso, o los mismos ciudadanos reporteros que aparecen en ejemplares del Mercurio cada día tomando relevancia como nunca. 2.- Hay muchas personas que hacen fotoperiodismo en serio. No es de extrañar que en este mismo momento se produzcan kilómetros de películas y miles de millones de pixeles con el fin de registrar la vida en este planeta. El problema sería explícitamente que el fotoperiodismo no es un arte de rentabilidad absoluta. Según Peter Howe, al ingresar al The New Cork Times Magazine en 1987, el pago diario de para un fotógrafo independiente era aproximadamente unos 250 dólares y ahora solo ha subido a unos cuatrocientos, a menos de que se esté trabajando como corresponsal de guerra. Así que se puede concluir que es sencillamente el mercado del fotoperiodismo quien necesita ayuda para mantenerse con vida. 3.- Todo se basa en el poder del instante. No basta simplemente con poseer una cámara y ganas, el fotoperiodista es un agente en acción continua, ya sea buscando oportunidades de una relevancia exclusiva y peligrosa, como lo es la guerra, o captando momentos cotidianos los cuales desea sacar a flote por una especial razón. Hay muchos ejemplos de esto como el aclamado Rober Capa con su ejemplar toma de fotografías en el desembarco de Normandía. Así pues, las fotografías fijas parecen darnos un asidero, un recuerdo y una sensación reconfortante que la imagen en movimiento, o incluso las palabras, muy pocas veces pueden proporcionarnos. 4.- En los noventa, se da a concepción el avance más explícito en materia digital fotográfica. Digamos que la llegada de esta revolución polarizó a los fotógrafos en dos grupos opuestos: Algunos tomaron la perspectiva conservadora, rechazando la digitalización y publicación de su trabajo en Internet y otros pensaron que sería la respuesta a todos los problemas del fotoperiodismo. Recordemos que incluso, hay periodistas de la fotografía que utilizan cámaras digitales de sus celulares para poseer un absoluto control de la primicia, o sencillamente están aquellos que no necesitan transportar grandes cargas de material para obtener buenas imágenes, pues existen incluso cámaras del porte de una tarjeta de crédito. 5.- El alza de mentes jóvenes y gente adulta que desean ser fotoperiodistas. A pesar de mencionar el poco lucro que ofrece ser parte de este mundo de la fotografía, todavía existe alrededor de la figura del fotoperiodista un gran romanticismo, aunque el espíritu libre y arriesgado del héroe de leyenda no corresponda con la realidad de algunos fotógrafos que viven angustiados y empobrecidos. A ciencia verdadera, la única opción radica en la determinación y valentía, y sobretodo no preocuparse por tener que vivir en la modestia durante algunos años. El simple hecho de que tantas personas estén dispuestas a hacerlo es la fuerza más grande y espectacular del fotoperiodismo. 6.- El amigo eterno: Internet. Sin duda una herramienta inmediata, eficiente, y libre. Ahora los límites no son pertenecer a un gran diario o periódico para poder publicar imágenes, todo puede estar al alcance de cualquier mente que posea un espacio en la red o sencillamente los útiles y actualizables blogs. El único peligro puede ser el plagio, pero sin duda es el precio por tal beneficio que es publicar ideas, imágenes con libre albedrío. 7.- El futuro incierto. Quizás Internet se vuelva finalmente el espacio de exhibición que potencialmente es, quizás la respuesta haya que encontrarla en el fotógrafo sobreviviente que se niega a morir, quizás el fotoperiodismo se convierta en un medio que encuentre su nicho en las paredes de las galerías de arte o en sitios web. Si algo se puede decir de los fotoperiodistas es que son obstinados y decididos, cualidades que determinarán ahora y siempre el futuro del fotoperiodismo, que morirá únicamente cuando la gente deje de hacerlo, y por el momento, no hay riesgo de que esto ocurra.
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