sábado, mayo 13, 2006
Creando Mundos con el FlashRevisando la historia del Periodismo, su evolución a través del tiempo, y la implicancia que este ha tenido para la sociedad, es interesante como diversos elementos han ido tomando espacio en el mundo de la información. En un principio la prensa escrita, a través de la escritura y la lectura, luego medios como la radio o la televisión, como también el mundo de la imagen visual. De todos ellos, se ha creado uno que es parte imprescindible de la vida que llevamos cada día en la actualidad, no por su rol meramente informativo o de simple estética, sino por la capacidad de valor que posee por sí mismo, es decir, su cierta independencia con los demás instrumentos informativos, y sobretodo, su capacidad de crear mundos, me refiero al fotoperiodismo.
Ya no es tiempo de argumentar datos históricos, personajes relevantes o sucesos sociales claves para entender este concepto, casi todos ellos han sido abarcados en el transcurso de este proyecto weblog. Ahora bien, ¿Vale la pena luchar por esta temática informativa que es el fotoperiodismo?. Pareciera ser que entre tanto medio de comunicación audiovisual, completos artículos escritos o simplemente las vías auditivas, esta tendencia tiende a perderse en el tiempo, pero la verdad, casi asombrosa se podría decir, es que la fotografía desde el momento que nació ya ha llegado para quedarse. Si bien es cierto que ha sufrido múltiples cambios tecnológicos, sigue latente no solo en papel y en píxeles, sino también en la esencia misma. Tal es el caso del periodismo, y juntos crean una explosión que pocos instrumentos pueden comparar.
Hay un caso en particular que me gustaría compartir con ustedes: En 1984 Steve McCurry sacó una fotografía que habría de convertirse en una de las más célebres de la historia. Era el rostro de una muchacha afgana en el campamento de refugiados de Nasir Bagh en Peshawar (Pakistán). Esta imagen cautivó al mundo entero por los intensos ojos verdes de la chica, que dieron la vuelta al mundo en una portada de la revista National Geographic.
Diecisiete años más tarde, Steve McCurry decidió regresar a la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán para tratar de averiguar qué ha sido de la muchacha, de la que no conocía ni su nombre. McCurry luego de altos y bajos, más decepciones y búsquedas fallidas, logra encontrar la localización de aquella mujer que fotografió hace años.
Un equipo de la National se presenta en su casa y logran obtener el permiso del marido y de sus tres hermanos para que la periodista Carrie Regan hablara con ella y le hiciera unas fotos. Más tarde, también los hombres son autorizados a ver a la muchacha, pero ésta siempre con su rostro oculto tras el velo. Su nombre era Sharbat Gula, pertenecía a la etnia pastún, estaba casada y tenía tres hijas. Ella desconocía su edad exacta pero andaba cerca de los treinta, de modo que debía de tener doce o trece cuando fue obtenida la célebre foto.
Finalmente, tanto los expertos del FBI como la identificación por el iris coincidieron con en el resultado: se trataba de la misma persona. Inmediatamente Steve McCurry regresó a Pakistán y se produjo el reencuentro con la muchacha. Dadas las excepcionales circunstancias, fue autorizado para volver a fotografiarla, obteniendo nuevas imágenes que demostraron el deterioro causado por el paso del tiempo en una mujer que, además de la marginación propia de su sexo, ha sufrido las penalidades de ser una refugiada.
Sucesos como este demuestran por sí mismos como una sola imagen es capaz de remecer mentes y acciones, pues tan solo con visualizar la primera fotografía, el receptor es capaz de desentrañar de ésta el dolor, sufrimiento, miedo e impotencia que sufren las mujeres en campos de Afganistán, sin ninguna palabra ni argumentos periodísticos que medien. Los ojos verdes de la muchacha bastan y sobran para enterarse de una historia que muchos han hablado, y que toma un rumbo más impactante cuando se le compara con su yo propio a lo largo del tiempo.
La fotografía es un medio privilegiado, la información es inherente a su escencia. Se puede decir en pocas palabras que el fotoperiodismo está presente en cualquier fotografía y su trato, ya que cada imagen entrega datos, sensaciones, realidades sin siquiera hablar ni escribir. Es por eso, que ya acabando este mes de análisis, podemos ser lo suficiente capaces de exponer que si se pueden crear grandes e impactantes mundos con las palabras, estos también pueden realizarse con un flash.
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 7:12 p. m.
viernes, mayo 12, 2006
¡A la sala de Prensa!LINK: Sala de PrensaSala de Prensa es un proyecto independiente, no lucrativo, realizado gracias a la colaboración de periodistas profesionales y académicos de 40 países de América, Europa y Asia. Proclama las libertades de expresión y promueve mediante la promoción de la ética, la investigación, la precisión y el uso de nuevas tecnologías en el ejercicio periodístico iberoamericano, así como la protección de los periodistas. Ésta es una página, como ellos mismos se definen, para profesionales de la comunicación, en ella podemos encontrar un sin fin de artículos y vínculos relacionados con el periodismo:periodismo de investigación, fuentes de investigación, derecho a la información entre otras y porsupuesto fotoperiodismo.LINK: BLOG de Sala de PrensaPor lo tanto, los invito, sobre todo a ustedes compañeros a que la visiten, ya que probablemente encontrarán información muy útil para sus blogs. ¡Suerte!
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 11:49 p. m.
jueves, mayo 11, 2006
Celulares que captan momentos Últimamente un celular sin cámara es inconcebible, ya que tenemos miles de funciones en un sólo aparatito, que nos hace la vida más fácil. Ya nadie se remonta a aquellos días donde había que esperar hasta llegar a la casa para llamar a los amigos o buscar la cámara en esos tremendos bolsos tipo Indiana Jones, sino que ahora uno posee ambas funciones en el bolsillo y además puedes navegar y divertirte con algún jueguito de tu elección. En este artículo te presentaremos la nueva diversidad de celulares que han salido al mercado y otras curiosidades más. La última incorporación a la familia de teléfonos Walkman de Sony Ericsson, el w700, será atractiva para los amantes del diseño clásico y discreto. Disponible en un sutil color Titanium Gold, el W700 amplía el atractivo de esta categoría a nuevos grupos de aficionados a la música y la fotografía, ya que combina un reproductor de música de máxima calidad con una cámara de 2 Megapíxeles, además de muchas características adicionales para entretenerse y trabajar. Otro teléfono presentado por Sony Ericsson, es el celular con cámara K310, el cual llamará la atención de todo aquel que desea sacar fotos rápidamente y guardarlas en su álbum de fotos para tenerlas siempre a mano. Este terminal de gran diseño y a la vez asequible, integra un teléfono y una cámara con prácticas herramientas para visualizar, almacenar y compartir imagenes. Entre las características adicionales que incorpora y que resultan fuera de lo común en un equipo de este nivel de precio, están una pantalla de alta calidad y efectos de "imaging". Finalmente, Samsung sacó un nuevo celular, denominado El Samsung SGH Z150 ya puede presumir de ser el teléfono móvil (3G) más delgado del mundo, al tener un grosor de 9,8 mm. Una curiosidad para nuestro mundo occidental es lo ocurrido en Arabia Saudi con los celulares con cámara, en este país las autoridades islámica prohibieron el uso de móviles con cámara incorporada por su utilización con fines considerados indecentes, tras detectarse su empleo para fotografiar a mujeres con el rostro descubierto.
El jeque, presidente del cuerpo de grandes Ulemas de Arabia Saudi, señaló en su edicto, publicado por el diario Al Madina, que aunque ese tipo de teléfonos "puede ser usado para algo beneficioso, también puede ser mal aprovechado para tomar fotografías obscenas, y por tanto, propagar la inmoralidad en la sociedad islámica. La medida se produce después de que las autoridades civiles y religiosas detectaran un creciente aumento del uso de los polémicos móviles para fines que de acuerdo con la moralidad local atentan contra el pudor las buenas costumbres. Un accidente el cual se remonta a marzo, es el de una estudiante que fue expulsada de la universidad por divulgar en Internet fotos que tomó con el celular a varias compañeras que se hallaban en las aulas sin el tradicional velo musulmán. La provición en el mercado negro, pese a la campaña emprendida por la Comisión para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, encargado de preservar las costumbres islámica.
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 5:18 p. m.
miércoles, mayo 10, 2006
Una Historia... Para llorarMás que una biografía, quiero incluir en el blog, una historia bastante singular de un fotoperiodista sudafricano, que trabajaba para The New York Times, que francamente nos hace reflexionar.Kevin Carter en 1993 se dirige a Sudán a fotografiar la "hambruna".En la aldea sudanesa de Ayod fotografía a una niña buscando comida en el suelo, acechada por un buitre.Carter se hace merecedor en 1994 del premio Pulitzer, mayor reconocimiento que puede acceder un periodista.Tiempo más tarde, declara: que aborrecía esa fotografía y que se avergonzaba de sí mismo.Muchos lo criticaron y asediaron por tomar la imagen y no intervenir, preguntando porqué no ayudo a la desnutrida niña.El fotógrafo se quitó la vida 4 meses después de recibir el premio.Personalmente me impactó muchísimo esta fotografía y el pensar ¿hasta qué punto puede ser llevada la profesión y cuando me detengo?
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 7:48 p. m.
martes, mayo 09, 2006
Charlando con René Burri
“No hay que correr detrás de la foto, llega”
Nacido en Zurich, 1933. Fotógrafo suizo. En 1955 empezó a colaborar con la agencia Mágnum, ha sido considerado su “mirada crítica”. Fue envestido caballero de esa orden en 1955 y sus retratos del Che, Picasso, Churchill y Le Corbusier alimentan el imaginario colectivo del siglo XX. De su producción como retratista, son célebres los retratos que hizo de R. Oppemheimer y del Che Guevara. Sin embargo, el suizo subraya que su baza siempre fue el paisaje humano atrapado en los conflictos.
"Las fotos son como los taxis en hora punta". ¿Me lo explica? Faltaría más. ¿Qué ocurre cuando uno busca taxi en Nueva York o en París a las cinco de la tarde?
¿Qué no para ni uno? O no para o lo coge otro. Si de veras lo quieres, tienes que seguir andando hasta que se pare uno, salga de él una hermosa dama y encima te dé las gracias por abrirle la puerta.
¿...? No hay que correr detrás de una foto, porque siempre está al otro lado. Tienes que observar, ser curioso, andar y de repente… ¡zaz! la foto llega. Está delante o detrás tuyo. Ésta es una profesión de blanco o negro. Requiere paciencia y rapidez.
Paciencia y rapidez, a la vez. Sí. De pequeño pasaba las vacaciones en el campo. Sabrá que los berneses son los más lentos de Suiza. Pues yo me convertí en el cazador de moscas más veloz del país. Cuestión de paciencia y rapidez.
Ideal para trabajar en la Fogo, pero acabó en la Magnum. (Ríe) Yo dibujaba realmente bien, pero la vida me condujo a la Escuela de Fotografía, donde aprendí el oficio como un carpintero, con precisión. Luego, casi por accidente, me encontré ejerciendo de fotoperiodista. Acabé siendo como Houdini.
¿Escapando de baúles cerrados con cadenas? Saliendo de situaciones angustiosas. La primera vez que sobrevolé Vietnam en helicóptero, con 25 años, me dije: "¿Qué demonios estoy haciendo aquí?". Esa pregunta me la he repetido miles de veces.
¿En qué momento se la repitió hasta gastarla? ¡En tantos! En Egipto, al inicio de la guerra, fui detenido por una banda que pensó que era un espía inglés. Un tipo pegó su metralleta a mi pecho y no paraba de dar alaridos. Fui salvado en el último minuto.
Suerte. A los 14 años le robó el alma a Churchill en un disparo. ¡Quizá sea mi mejor foto! Puede que toda mi vida haya sido un intento de repetir aquella foto. Mi padre, un cocinero aficionado a la fotografía, me dio su Kodak y me dijo: "Venga, haz una foto de ese señor". Me metí entre la multitud y disparé. ¡Inconsciente, pero perfecta!
La prueba del genio. ¡No! Luego empezó el declive.
¡Venga, señor Burri! Tuve buenos maestros. Hans Finsler, que venía de la Bauhaus, me enseñó el valor de anticipar, de no improvisar, de limpiar todo lo accesorio. A eso se añade, supongo, mi sentido natural de ver las líneas fuertes, la perspectiva de la imagen. Luego Henri Cartier-Bresson, ya en Magnum, me enseñó cómo aproximarme al hombre en una fracción de segundo. Respetando su dignidad.
La aproximación a Picasso no debió de ser fácil. Quise retratarle en 1953, tras haber visto el Guernica en Milán. Yo tenía 20 años y aquel cuadro me trastornó. "Tengo que ver a este señor", me dije. Tardé cuatro años en lograrlo. Me dejé los nudillos varias veces en su puerta, en París. Lograr una buena foto depende en un 10% de suerte y en un 90% de tenacidad.
Y de bemoles. En una de las fotos, el pintor empuña una pistola. ¡Su mirada era de mayor calibre que todas las balas de aquella pistola! Yo estaba aterrorizado por la intensidad con que hacía todo. Tenía ganas de decirle: "Pare, don Pablo, pare". No era pintura lo que fluía de su mano a la tela. Era su sangre.
Con el Che la cosa fue distinta. Le conocí cuatro años después de la revolución. Para mí sólo era el número dos de Cuba, el ministro de Industria. No me facilitó las cosas. Estuve tres horas alrededor suyo. Apuraba su cigarro con actitud arrogante. Pero tenía una fuerza que, sin yo querer, le daría la dimensión del icono. La cámara otorga poder.
A veces tiene más peligro que un misil. Absolutamente. Pero yo nunca he compuesto bellos cadáveres. Innumerables veces dije: "Basta". Yo he intentado buscar el equilibrio entre la utopía y la guerra. Siempre me interesó la gente que tiene ideas y persevera en realizarlas. Unos buscan cambiar la sociedad y otros, la destrucción. Y cuando hay emoción mezclada con técnica, hay foto.
Un consejo para el aficionado a la foto veraniega. Hacer apuntes. Si se lo toman en serio, sentirán la angustia del "no he sabido ver". Para un fotógrafo llegar es fácil y partir, terrible.
Núria Navarro Noticia publicada en la página 11 de la edición de Jueves, 10 de junio de 2004 de El Periódico. (Vista en: http://www.afocer.org/Raco_del_Soci/butlleti/137.pdf)
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 1:43 p. m.
lunes, mayo 08, 2006
Todos digan... ¡Whisky!
Parte VI
La historia de la fotografía en nuestro país
La historia de la fotografía en nuestro país se remonta a tiempos de la colonia. José Antonio Rojas, uno de los precursores de la Independencia, probablemente fue el primer chileno que trajo una cámara oscura desde Europa, motivado por sus inquietudes intelectuales y tras su permanencia durante los años 1771 y 1779 en España, Rojas empleó parte de su fortuna en la adquisición de objetos, entre los que se dice haber existido una cámara oscura cuya llegada desde Cádiz a Valparaíso debió haber acontecido hacia el 1779. Otro antecedente de la fotografía era que el público se había acostumbrado a ir al Cosmorama, espectáculo realizado en Santiago o Valparaíso que se había estrenado en el año 1839 y que consistían en una exhibición de imágenes proyectadas.
Finalmente el daguerrotipo, inventado en Francia, llegó a Valparaíso el 28 de Mayo de 1840. Los hermanos ingleses Helsby iniciaron la explotación comercial de este invento, instalando un negocio en la calle Aduana de Valparaíso, Más tarde la ofertas fueron diversificándose: daguerrotipistas asociados con pintores ofrecían daguerrotipos en colores, es decir, iluminados por la mano de algún artista, por otra parte, la compañía Norteamericana Vance y Hoyett ofrecía daguerrotipos en miniaturas que se usaban para adornar prendedores y camafeos.
Pero lo que hoy conocemos como fotografía, llegó a Valparaíso en el año 1851, con los alemanes Alexander y Boehme, quienes ofrecían retratos a través de un novedoso soporte, el papel. De esta manera, hubo un período de transición al igual que en Europa, en el que conviven y compiten el daguerrotipo con la fotografía. Algunos profesionales y artistas usaron las dos técnicas, es así como Tomas Helsby abrió un negocio de fotografía en Santiago y su hermano, John Helsby, junto a otro profesional de la naciente fotografía, Carlos Roswell, hicieron el álbum: “Los baños de Cauquenes”, que en una serie de vistas registran tanto el paisaje como las instalaciones termales y sus visitantes de entonces.
Otro de los pioneros de la fotografía en Chile fue William Oliver, nacido en Valparaíso en 1844 y que inicia su carrera fotográfica en 1886, realizando una notable labor de registro fotográfico de distintas regiones y ciudades del país. Pero la primera mujer que se dedicó profesionalmente a las fotografía en nuestro país, fue Dolores García, quien abrió un estudio en la calle Ahumada en 1863.
La fotografía, como ya hemos visto, se usó para registrar vistas de ciudades y paisajes que quedaron en álbumes y en libros. Es así como el fotógrafo y pintor Francisco Luis Rayo, acompañó a Vicuña Mackena en un viaje de exploración a Laguna Negra, donde hizo una gran cantidad de fotografías, 12 de las cuales ilustraron el libro que publicó el historiador. Por su parte R.J.Munday tomó las fotos para el libro: “Un paseo a Lota”, de Martín Palma. De esta forma, las fotos o litografías se incorporaron cada vez con mayor frecuencia a los libros del siglo XIX y más tarde a las revistas, comenzaba así a desarrollarse una cultura de lo visual en Chile.
La fotografía además de servir como ilustraciones en los libros y revistas, vino también a democratizar el retrato que antes era un lujo que sólo se podían permitir las familias más adineradas.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX, destaca el fotógrafo Fernando Garreaud, quien preparó un álbum con una serie de vistas de la Patagonia que hizo durante sus viajes, además “nacionalizó” las postales de Navidad y Año Nuevo, que llegaban desde Inglaterra, al introducir en el mercado tarjetas con temas chilenos.
Finalmente en 1888 irrumpe en el mercado la cámara Kodak individual, económica y con una película fácilmente recargable, como ya vimos en Whisky parte II, este hecho significa poner a la fotografía al alcance de todos y de este modo en la comunidad criolla se multiplicó la cantidad de aficionados, llegando finalmente a otra etapa en la fotografía chilena.
++ Publicado por Fotoperiodismo a las 3:03 p. m.
domingo, mayo 07, 2006
Valparaíso qué disparate eres, qué loco, puerto loco, qué cabeza con cerros, desgreñada, no acabas de peinarte, nunca tuviste tiempo de vestirte, siempre te sorprendió la vida, te despertó la muerte, en camisa, en largos calzoncillos con flecos de colores, desnudo con un nombre tatuado en la barriga, y con sombrero, te agarró el terremoto, corriste enloquecido, te quebraste las uñas, se movieron las aguas y las piedras, las veredas, el mar, la noche, tú dormías en tierra, cansado de tus navegaciones, y la tierra,
furiosa, levantó su oleaje más tempestuoso que el vendaval marino, el polvo te cubría los ojos, las llamas quemaban tus zapatos, las sólidas casas de los banqueros trepidaban como heridas ballenas, mientras arriba las casas de los pobres saltaban al vacio como aves prisioneras que probando las alas se desploman.
Pronto, Valparaíso, marinero, te olvidas de las lágrimas, vuelves a colgar tus moradas, a pintar puertas verdes, ventanas amarillas, todo lo transformas en nave, eres la remendada proa de un pequeño, valeroso navío. La tempestad corona con espuma tus cordeles que cantan y la luz del océano hace temblar camisas y banderas en tu vacilación indestructible.
Estrella oscura eres de lejos, en la altura de la costa resplandeces y pronto entregas tu escondido fuego, el vaivén de tus sordos callejones, el desenfado de tu movimiento, la claridad de tu marinería. Aquí termino, es esta oda, Valparaíso, tan pequeña como una camiseta desvalida, colgando en tus ventanas harapientas meciéndose en el viento del océano, impregnándose de todos los dolores de tu suelo,
recibiendo el rocío de los mares, el beso del ancho mar colérico que con toda su fuerza golpeándose en tu piedra no pudo derribarte, porque en tu pecho austral están tatuadas la lucha, la esperanza, la solidaridad y la alegría como anclas que resisten las olas de la tierra.
AUTOR: Pablo Neruda
[Post Enmendado por Acuerdo grupal de Fotoperiodistas]
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